La sangre que incomoda: la menstruación y otros mundos posibles

Por Melina Antoniucci

Cuando en junio de 2020 J.K. Rowling reaccionó en twitter a un artículo que contenía la expresión “personas que menstrúan”, desató la polémica. “Esa gente que menstrúa (…) estoy segura de que solía haber una palabra para esas personas, ¿wumben? ¿wimpund? ¿woomud?” tuiteaba en tono irónico la célebre escritora con más de 15 millones de followers y lograba así viralizar una polémica. La menstruación ¿es un asunto exclusivo de las mujeres? 

Que no todas las mujeres menstrúan es una afirmación casi inequívoca. En términos cronológicos, no lo hacen aquellas que aún no han alcanzado su menarca y han dejado de hacerlo las que ya han atravesado la menopausia. Tampoco menstrúan aquellas mujeres sometidas a rigurosos esfuerzos físicos, a estrés postraumático y/o condiciones psico-físicas adversas. En términos clínicos, la amenorrea es un efecto adverso de la malnutrición, de algunas complicaciones patológicas específicas y de los trastornos alimenticios, entre otros motivos. No menstrúan las mujeres y feminidades trans y las travestis. Los consensos se desmoronan cuando se afirma que no todas las personas que menstrúan son mujeres. 

Créditos: Ambar Violeta Pino @ambar.violeta.pino

Antes que un proceso biológico, la menstruación es un campo de sentidos, silencios y mandatos. Desde la escuela y las familias hasta la góndola de las farmacias, el universo simbólico de la menstruación está construido desde y para sostener una idea binaria de los cuerpos: productos con envoltorios color rosas y corazones, publicidades dirigidas a “ellas”, discursos médicos que asocian sangrado con feminidad, con fertilidad y madres y abuelas que regalan flores y festejan con las vecinas que por fin “nació” una nueva señorita en la familia ¿qué se espera de aquella niña que acaba de convertir en mujer? Recato, decoro, modestia pero sobre todo silencio. Quienes atravesamos por el ritual de pasaje de la niñez a la adultez, buscamos miles de sinónimos que sustituirán la palabra menstruación, como regla, período, indisposición o expresiones ambiguas: me vino, me bajó, estoy con Andrés, en esos días, para indicar que de nuestra vagina sale sangre.

Si siquiera existe una sociedad preparada para escuchar a una mujer hablar de su sangrado, ¿qué espacio existe para aquellas corporalidades fuera de la matriz heterocishegemónica? ¿Dónde cabe un cuerpo que menstrúa pero que no tiene tetas? ¿En qué sistema de significados entra un cuerpo hormonado con testosterona que sigue sangrando? ¿Qué legitimidad encuentra un cuerpo con barba y vagina? ¿Dónde queda la experiencia de quienes, al menstruar, no se reconocen en las narrativas que logramos construir las mujeres cis?  ¿Qué se espera de un varón que sangra una vez al mes? ¿Se espera algo? ¿Se sabe de su existencia? ¿Alguien puede siquiera imaginarlo?

La pregunta ya no es solo quién menstrúa, sino quién puede hacerlo en voz alta, con la cabeza en alto y sin perder ningún derecho. Sin ser excluido, ni invisibilizado. No se trata de borrar a nadie, mucho menos de excluir a las mujeres cis. Las barreras de acceso a productos de higiene menstrual y los tabúes en torno al sangrado, siguen siendo uno de los principales factores de desigualdad en el mundo.  De lo que se trata es de escuchar voces que narran otras experiencias y le imprimen otro significado a la menstruación, o tal vez el mismo, pero desde lugares muy distintos. Ampliar, complejizar y (re)significar los marcos en los que hablamos del cuerpo, del género y de la salud. Tal vez la pregunta no deba dirigirse tanto a pensar si el mundo está preparado para alojar a varones que menstrúan, sino más bien, qué estamos haciendo para que ese mundo exista.    

Melina Antoniucci

Comunicadora Social y Socióloga (UNMdP). Doctoranda en Comunicación (UNLP). Grupo de Estudios de Familia, Género y Subjetividades. Docente Regular de la Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Mar del Plata. Becaria doctoral de CONICET/ Miembro de la Asociación Argentina para la Investigación en Historia de las Mujeres y Estudios de Género (AAIHMEG) y la Rede Latinoamericana de Antropologia Feminista das Ciências e Tecnologias (RAFeCT)- CoFundadora de CASA ENINSA, centro de salud especializado en atención con perspectiva de género y Derechos Humanos. 

Revista Sangro
Labirinto, Labjor, Unicamp
Junho de 2025